lunes, 30 de mayo de 2011
Palestina
Sobre el polvo seco del callejón, dos pequeños pies morenos encaminaron sus pasos. Una frágil mano abierta se apoyó en la frescura calcárea de la pared. Otra morena mano cerrada contuvo su odio. Rabiosa, la mano cerrada se abrió y la piedra describió perfectamente una parábola en el aire. El niño alcanzó a escuchar un disparo antes de verse en el polvo, con una creciente mancha roja en el abdomen. الله – fue su última palabra. El soldado, con el fusil aún caliente en las manos, lo miró a los ojos, y exclamó – יהוה.
Gotas de condensación cubren la copa de fría cerveza. Una blanca mano se cierra sobre la copa tintineando el anillo de compromiso. Dos ojos enamorados buscan el uniforme empolvado del soldado entre la multitud del bar. Un par de ojos morenos, vestidos de negro luto, le devuelve una mirada de impotente rabia. En esa mirada ella lee su propia muerte, y grita – יהוה. El par de ojos enlutados sostiene la mirada por un instante eterno. La mujer de los ojos adoloridos aprieta el detonador del cinturón al mismo tiempo que grita – الله اكبر.
Publicado por Unknown en 7:32
Etiquetas: Cien palabras en la Sien, microrelato, mujer, niño, ojos, polvo, soldado, יהוה, الله
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1 comentarios:
Amigo:
Cada dia ud. escribe mejor, mas inspirado y con muy buen manejo del lenguaje (aunque yo soy ignorante en esto, pero me impresiono).
!Salud!
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