sábado, 8 de agosto de 2009

El que no ha ido a Las Vegas, no sabe lo que se pierde

El otro día, frente a un par de cervezas, un buen amigo me hizo una de esas sempiternas preguntas merecedoras de una larga respuesta, bien sopesada, y no en estado de intemperancia etílica; "luego viajaré, por trabajo, a Las Vegas; y tendré un par de días libres... ¿alguna sugerencia?". Una simple e inocente pregunta con una respuesta para nada de simple y menos inocente.

¿Cómo contar lo que Las Vegas es como ciudad? ¿Por dónde empezar? ¿Y por dónde terminar? No lo sé. Quizás lo mejor es escribirlo así tal cual lo conté a mi amigo al hilo de las innumerables cervezas que acompañaron el inconexo relato de mis recuerdos de Las Vegas. Desordenados recuerdos de mis viajes a Sin City, la ciudad del pecado. Desordenados como la misma ciudad.

Antes de viajar, para cualquier obseso detallista, es menester leer algo sobre la historia del lugar. Resulta que todas las fuentes concuerdan en que Las Vegas es una ciudad del estado de Nevada, en USA, con un poco más de medio millón de habitantes, que se encuentra en el medio de un peladero en el medio de un desierto. La leyenda cuenta que debe su nombre a unos terrenos medio pantanosos, conocidos como "vegas" en castellano, que daban el sustento diario a una tribu de nativos americanos conocidos como los Paiutes, y de los cuales no queda ninguno ni para la foto. La fundación oficial de Las Vegas como ciudad ocurrió un bendito 15 de Mayo de 1905, con 44 habitantes, para servir de paradero a una línea de ferrocarril. Siguió siendo un pueblo perdido en un peladero hasta la Gran Depresión cuando un 19 de marzo de 1931 fue legalizado el juego de apuestas en todo el estado de Nevada.

La Gran Depresión hizo que la construcción del Hoover Dam se acelerara para dar trabajo al pueblo y evitar que se muera de hambre, o peor, que se rebele. Dicha construcción en una zona árida resultó ser muy peligrosa y la lista oficial de muertos en la construcción es de 112, pero se estima que el número real fue muy superior. A unos 48 [kmts] al noroeste de la construcción estaba el pueblito de Las Vegas, que muy pronto supo aprovechar el dinero de estos obreros con una variada oferta de juegos de azar, alcohol, prostitución y todo tipo de entretención para estos esforzados trabajadores del desierto. Las Vegas es Calama en USA y con más plata. Es el Calama de los gringos. La reputación de la ciudad creció y cuando un 26 de Diciembre de 1946 se inaugura el famoso Flamingo Hotel el destino estaba escrito.

Pero todo eso es historia de libros. No es la experiencia vivida. La primera vez que llegué a Las Vegas lo hice en un avión que aterrizó en el aeropuerto McCarran. Me bajé por la manga desde el avión y caminé a buscar mis maletas. Antes de llegar al lugar en donde se suelen encontrar a las maletas dando inútiles vueltas en su carrusel, estaban las máquinas tragamonedas. Un montón de máquinas tragamonedas listas y dispuestas para toda esa gente que no puede reprimir su ansiedad de jugar hasta llegar a un casino. Claro está, las máquinas tragamonedas están rodeadas por una línea amarilla en la alfombra y un letrero que prohíbe a cualquier menor de 18 años cruzar dicha línea en el suelo. Los letreros de publicidad proclaman licenciosamente Whatever happens in Vegas Stays in Vegas, incitando al desenfreno.

Whatever happens in Vegas Stays in Vegas. El tema de Las Vegas es el jolgorio y pasarlo bien, especialmente entretención, juego y sexo. Es donde los gringos adultos se permiten hacer todo lo que no hacen en sus aburridas e hipócritas vidas suburbanas. Para ver a los gringos más jóvenes en acción vayan a Cancún en Spring Break, pero en Las Vegas verán al gringo adulto y jubilado divirtiéndose.

You gotta help me out
It's all a blur last night
We need a taxi 'cause you're
Hung over and I'm broke



Canta la bella de Katy Perry en su famosa canción de Waking Up in Las Vegas, la cual es maravillosamente ideal como ejemplo del ambiente de dicha ciudad.

Why are these lights so bright?
Did we get hitched last night?
Dressed up like Elvis
Why am I wearing your class ring?

Ciudad de matrimonios express, la capital del mundo de los matrimonios, con una oferta de estilos única. ¿Dónde más me puedo casar a media noche con sólo mi carnet de manejar por un oficial vestido de Elvis? Si hasta tienen matrimonios drive-thru.

Las Vegas es Calama en USA pero con mucha más plata. Hoover Dam. Un peladero en el medio de la nada. Los hoteles del centro tienen unos subterráneos inmensos que están todos interconectados, de manera que forman una ciudad subterránea en la cual nunca se sabe si es de día o de noche. Tanto es así que en dichos subterráneos tienes tiendas siempre abiertas y en los restaurantes puedes pedir el desayuno, el almuerzo o la cena a cualquier hora del día, pues está todo hecho para que te olvides de esos detalles. El ambiente es totalmente surrealista en ese sentido y es como estar en el vientre de una nave estelar camino a otra galaxia. Muchos lo están de hecho. Quizás sea porque el Area 51 queda muy cerca de Las Vegas y siempre he sospechado que más de un ET anda suelto los fines de semana en dicha ciudad. En cualquier caso la fauna de dicha ciudad es bastante sui generis, por decir lo menos.

El juego lo es todo en Las Vegas y está por todos lados. Desde el aeropuerto, sólo máquinas y juego por doquier. El juego es uno de los pocos vicios que no tengo y que nunca he podido entender. Pero, el mirar a la gente jugar en Las Vegas fue toda una experiencia de hasta que punto te puede matar. Cierta vez, justamente con un amigote, el Fito, nos paseábamos con unas copas en las manos por ese subterráneo inmenso, y había un tipo jugando en la mesa de ruleta con croupier y todo. El tipo tenía el típico fenotipo red-neck, con polera sin mangas y tatuajes rascas en los brazos. Puso US$ 600 en la mesa en una sola jugada, que perdió, y ni siquiera le llegó a parpadear un ojo. Siguió jugando. De miedo.

Ahora, si abren sus computólogos ojos verán algunos temas interesantes. Por ejemplo, cada una de las máquinas tragamonedas tiene una puerta RJ45/100BT conectada a una red que es del FBI, cuya pega en la ciudad es asegurarse de que los juegos de azar sean, justamente, de azar, pues todos los hoteles son de la mafia. Sobre cada mesa de juego, están 6 cámaras de vídeo digitales, 3 son del casino/hotel respectivo y las otras 3 son del FBI. Muy interesante es el mirar todos esos pequeños juegos de nuestra profesión de estrujadores de bitios. El Data Center del FBI en Las Vegas debe ser muy grande pero no creo que dejen visitarlo. El tema es evitar el lavado de dinero, el cual es la principal razón de ser de un casino.

Las Vegas también es la capital el sexo, el cual va desde las strippers hasta las callgirls pasando por todos los intermedios, todo perfectamente legal pues en Nevada la prostitución es legal. Las strippers son perfectas, hechas a mano, pero si le llegas a tocar el pelo a una, llegan dos negros de 2x2x2 [mts] y te sacan de una manera poco ceremoniosa. El Table Dancing es un deporte de Sang Froid para un latino... y eso cuesta... y duele mucho en cierta parte después. En cuanto a las callgirls, estaba yo una vez en el lobby del hotel esperando a que llegara otro amigote para irse de shopping cuando pasa una negra, flaca, de 1.80 [mts] de altura, estupenda, sólo vestida con uno de esos vestidos funda rojo que dejaba muy en claro que no tenía nada más puesto. Me quedé mirándola con la boca abierta, la quijada de abajo en el suelo y babeando de una manera algo obvia, ante lo cual la negra se dio vuelta, me mira directamente a los ojos, y me dice; -- Five hundred dollars -- se da vuelta y se va. Totalmente fuera de mi presupuesto valga la aclaración. Habría recomendado una visita al Mustang Ranch, pero me temo que ya no existe. Ese era el único lupanar que transó el bolsa y por unos US$50 te podías comprar una acción de esa empresa y te la entregaban en un marco con un certificado oficial de que ahora eras un cafiche. Un buen regalo para los amigotes.

Además de todos los demás locales de shopping con las típicas y sempiternas poleras huevonas, no puedo dejar de recomendar una visita al Fry's, el cual es una cadena de tiendas para computólogos que nació en la Silicon Valley. Allí venden todo lo que un buen computólogo necesita para vivir y jugar. No dejen de ir a esa tienda, pero entren con el presupuesto calculado y las tarjetas en el hotel.

La prostitución es todo un mundo en Las Vegas y una ventana abierta a ese mundo es la extraordinaria película llamada Leaving Las Vegas con las actuaciones de Nicolas Cage y Elisabeth Shue. La trama de esta comedia romántica es simple y bella, Nicolas Cage ha decidido suicidarse tomando alcohol pero en los últimos instantes se enamora de una preciosa prostituta, personalizada por Elisabeth Shue. Es un amor químicamente puro. Sin ataduras ni exigencias. Cada cual respeta al otro y a sus decisiones de vida y muerte, por muy malas que sean. Simplemente, se aceptan tal cual son. Eso es amor puro. Me encanta esa película por mostrar ese ideal de amor puro al cual suscribo pero que es imposible en esta tierra.

Un juego muy interesante, es arrendar un auto y darse una vuelta en auto en los suburbios de Las Vegas, salirse un poco de Strip, y ver el costo humano y la pobreza que tiene todo ese show. Pobreza de medios y, sobretodo, pobreza de espíritu en esta ciudad del pecado adoradora del dinero fácil. Ese es el lado B de esa ciudad. El costo del encandilamiento de la luces nocturnas. El costo de las decoraciones falsas de simple yeso. Lo que la pavorosa máquina de la noche de Las Vegas botó y dejó varado en el desierto de las esperanzas perdidas. Mariposas nocturnas quemadas por la luces de neón, esparcidas en el polvo del desierto a pleno sol.

Lo peor de la ciudad de Las Vegas es que he llegado a convencerme de que todos vivimos en Las Vegas...

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